María, voluntaria portuguesa, realizó su voluntariado internacional de larga estancia en las obras sociales de Macomía-Mozambique, durante la primera mitad del año 2018.
Comparte su testimonio (traducido del portugués):
¡Tengo muchas historias … tantas cuantas cada día fui viviendo y me fui enculturando e integrando y entregando!
Por eso no os voy a contar una historia … pero compartir cosas que fui escribiendo …
Lo que escribí Allí:
Me gusta ir por debajo de un árbol, donde hay dos banquitos, y quedarse allí conversando con las niñas, verlas trenzado, jugar un juego en la arena, o simplemente quedarse allí … Corre un viento bueno debajo de ese árbol: )
A veces me siento en las escaleras de la casa, mirando hacia las cámaras de las niñas, observándolas … O están lavando, o bañándose o comiendo, o sólo sentadas a conversar … O pasan y dicen buen día, buena tarde 🙂
Pero a cada viaje hasta allá abajo, una historia diferente 🙂 como tiene historias a esta señora! De su vida, de la vida de los que tiene consigo aquí, pero que se vuelven de su vida …
Sobre el estar sola, es difícil incluso. Pero también me hace bien! Me hace dar mucho valor al grupo con que vamos en Equipo de África, me hace valorar mucho a mis personas! Y percibir que son importantes para mí, que quiero es necesario tenerlas en mi vida para ser más feliz y completa!
Yo sé que Él, y los míos, están siempre conmigo … ¡Pero listo! ¿No deja de ser difícil, caminar sobre las aguas sin miedo no es? Hay que confiar sí, pero a veces no vemos su mano allí extendida para agarrarnos 🙂
¡Porque estos jóvenes son hermosos, buenos y simples! ¡Tan malandros y sacudidas en los trabajos de casa! Ahahhaha
Es muy divertido como ellos quieren que sea yo hacer sus trabajos, de inglés (yo soy tan buena a inglés como ustedes saben, ahahha, pero hasta me quedaron asombrados conmigo :), matemáticas, biología y química, y de visual! Colocan el cuaderno delante de mí con un ejercicio, muchas veces sin enunciado, y quieren que yo adivina lo que se supone que resolver. Ahahha! ¡Pero hay cabritos elegantes! ¡Son perezosos, malandros! ¡No sé si pueden imaginarse! Pero como cualquier niño y joven! Pero creo que se quedan divertidos cuando se empiezan a reír porque no entienden nada de lo que digo. ¡Ay como adoro cuando pone la mano en la cabeza a esconderse!
¡Los chicos son más tímidos y responsables en el estudio! ¡Las muchachas son las más perezosas, se distraen tan fácilmente! Y caminan siempre con una capulana y un peinado diferente cada día 🙂
Cosas que ya escribí después de volver:
Niños que cuidan a los niños y no van a la escuela. Los niños que cuidan de otro ser, sólo un poco más inmaduros que ellos, pero que así al cuidar de él, ya viven con la responsabilidad de una madre … niños, muchos niños en un solo patio, dejados allí por sus padres, mejor, por sus madres, para que la abuela, prima, tía o hermana un poco mayor, pueda cuidar. Los niños que en la más simple vida, viven la pura felicidad al jugar con la arena, con las ollas, a imaginar e imitar lo que ya han visto hacer, pues así se madura la infancia e inocencia.
Los niños que juegan todos juntos, con hojas de palmera entrelazadas para hacer una cuerda de saltar, o con la bola de trapos cocidos con hilos de plástico, que juegan dibujando en la arena lo que conocen. Niños o poco menos niños, que a veces parecen que no juegan, pues observan, escuchan, viven y aprenden ser adultos.
Vidas que te piden que adquieras de tu infancia. Que te hagas maduro por la experiencia, por la forma y cultura de vida. Porque la pobreza así lo provoca, que vayas a la maxamba, que cocines, que leves a la espalda más un hermano o primo. Vidas que te cuidan tanto, aunque no existas en los registros de ciudadano, porque tu padre no se sabe quién es o porque no hay dinero para hacerlo …
Sonrisas, paseos de mano dada, conversaciones o silencios. Gestos de cariño, rabietas de jóvenes, intereses de adolescentes, pero pensamiento y actitud de niño. Sin maldad ni malicia … todo lo que acepto, por saber que es la realidad de este pueblo y que así mismo me tiene sentido amar.
Las cosas que guardo, pero guardo en el corazón, en la mente que viene con el recuerdo, en la idea de poder tener aquí lo que tuve allí …
Cosas, que son mucho más que meras cosas, pero que en su sencillez, las hacen sentimientos, pensamientos, miradas y perspectivas, que hacen de esas “cosas”, valores, prioridades … y que quiero que sean más a cada instante, pero en las “cosas” de aquí. “
Hoy volví …
Y mi corazón quedó más apretado por ti. ¡Cómo era hermoso verte llegar de la escuela a cantar y sonreír! A viajar en tu mundo feliz.
Hoy volví …
Y recordé los colores de los encuentros y caminos cruzados. ¡De las conversaciones y de los testimonios compartidos!
Hoy volví …
A verte jugar, con tu inocencia, a tu infancia, queriendo imitar a tu mamá.
Queriendo dar cada paso, con una rapidez, que a veces ni mi abrazo te sostenía.
A querer sentir de nuevo la brisa que pasa, a querer contemplar y permanecer sentada en aquel banco bajo el almendro.
Hoy volví …
Como vuelvo todos los días “
-María-
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