Nuestros hogares nacen como un ambiente familiar para niños y niñas marcados por la violencia, la pobreza extrema, la explotación, el abandono y/o el desamparo.

En ellos, pretendemos rescatar la dignidad y apoyar el crecimiento humano-social y cristiano de los niños y niñas, a través de la construcción de nuevas formas de vida, basadas en la vida familiar, el amor, la sencillez, la confianza y la honestidad, para formar personas autónomas, responsables, alegres y solidarias.

Este área supone, tanto actualmente como históricamente, el fundamento de la acción socieducativa y de protección de la infancia y adolescencia de la Fundación.