TESTIMONIOS

Marta – Colombia 2018

Marta voluntaria internacional, realizó su voluntariado de corta estancia en la obra social Hogares Teresa Toda de Colombia, en el verano de 2018.

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“Hacer un voluntariado era algo que siempre me había pasado por la cabeza pero nunca encontraba el momento. Supongo que el miedo a lo desconocido hacía que cualquier excusa fuera suficientemente buena para no encontrar el cuándo ni el donde. Pero a veces los mejores planes, surgen sin pensar. Una cena con amigas fue el empujón, y ¡qué suerte de ese día!

Desde el momento en que me puse en contacto con la Fundación todo fue muy fácil. Los miedos a lo desconocido persistían pero ver que todo estaba tan preparado y organizado, trasmitía mucha confianza y seguridad. El viaje lo emprendía con una amiga, que una semana antes de partir, por motivos de salud tuvo que cancelar. Así que sola, con mochila en la espalda emprendía mi primer viaje tan lejos y hacía unas vidas desconocidas. Y ya lo dicen que la vida es para los valientes. Una vez allí, encontré en Bucaramanga un hogar, un grupo de personas muy humanas, que sin conocerme, me abrió las puertas de su casa y de sus vidas. El encuentro, la convivencia y el día a día fueron verdaderamente acogedor. No mentiré diciendo que los primeros días fueron fáciles, porque acostumbrarse a una cultura nueva siempre cuesta, pero poco a poco me di cuenta que me lo estaban poniendo muy fácil. Vivir experiencias como estas, te hacen dar cuenta que la vida puede llegar a ser muy injusta con algunas personas, pero que a pesar de todo lo vivido, a estas chicas nunca les faltaba una palabra amable, una sonrisa o algún momento por compartir. Convivir esas semanas con ellas me hizo plantear el verdadero sentido de la vida, valorar desde otra perspectiva la riqueza que poseemos sin darnos cuenta; la familia. Viví unos días muy intensos, sin conocer sus historias, pero siendo consciente que vivir en el hogar es una oportunidad que la Fundación les ha dado a esas jóvenes posiblemente salvándoles la vida.

Para ellas la llegada de alguien que va expresamente a conocerlas y regalarles su tiempo, es como un soplo de aire fresco. Tienen tanto que contar, vivir, compartir y regalar, que logran hacerte sentir una más de la gran familia que la Fundación ha formado en el hogar. Experiencias como esta de hacen dar cuenta como a pesar de todo, hay que luchar. Ver luchar a estas niñas para seguir adelante y lograr sus sueños, es posiblemente la lección de valentía, esfuerzo y superación más importante que recibiré en la vida. Doy gracias a la Fundación Teresa Toda por brindarme esta oportunidad y sobre todo a las niñas de Bucaramanga por haberme dado tan gran lección. ¡De Tarragona a Bucaramanga ir y volver mil veces más!”

-Marta-